Por mis 3 estrellas…

No podía dejar de escribir una entrada un día como hoy. Hoy 15 de octubre es el día internacional de la pérdida perinatal. Un día que conmemora el duelo por la pérdida gestacional y neonatal. Un día que muchas mujeres como yo saben lamentablemente lo que significa. Un día para recordar esas estrellas que se fueron para brillar en el cielo y no en la tierra. Estrellas que han dejado una muesca de dolor en los corazones de todas las mamás que han llorado sin consuelo su marcha.

Hoy recuerdo a mis 3 estrellas que marcharon para darme a mi Sol. Ellas siempre tendrán todo mi agradecimiento y amor por haberme llenado de ilusión mientras vivían dentro de mí y por todo lo que me enseñaron sin tan siquiera nacer. Gracias estrellas mías por enseñarme la fuerza, por hacerme ver el dolor y la pena como el medio para valorar la gran fortuna que ahora se me presenta. Por hacerme ver cuánto os deseaba. Gracias por ser parte de mi destino y por darle vuestro lugar al ser más importante de mi mundo.

Me regalasteis el poder de desear esta felicidad tan intensamente; el poder de saber exprimir cada momento con mi bebé. Por eso, siempre estaréis en mi pensamiento como la belleza que dejaste para mi vida. Siempre viviréis a través de él…

Un abrazo a todas las mamás que no olvidan a sus estrellas. Mi enhorabuena a las que han luchado y han conseguido su mayor deseo y mil fuerzas y ánimos a las que aún siguen en el camino. No dejéis nunca nunca nunca de luchar por qué la recompensa sana todas esas heridas profundas que tenéis en el alma…

Os dejo los siguientes enlaces de la segunda y tercera parte de Ángel del probeta:

Ángel de probeta. Parte II ( Las primeras alas ) . Click aquí.

Ángel de probeta. Parte III “Esa silla en la que nos tocó esperar” Click aquí.

 REAL AND PARADISE

Ángel de probeta Parte V (La sonrisa de mi bajo vientre)

Ángel de probeta ( origen ). Click aquí.

Ángel de probeta. Parte II ( Las primeras alas ). Click aquí.

Ángel de probeta. Parte III “Esa silla en la que nos tocó esperar”. Click aquí.

Ángel de probeta. Parte IV ( Mi plan B ). Click aquí.

PARTE V » La sonrisa de mi bajo vientre «.

Cuando decidí tener un hijo por primera vez lo hice por una ilusión o un pensamiento de lo que creía que es tener un hijo. Es imposible saber lo que es un hijo hasta que no lo has tenido. Es imposible saborear ese instante con todas sus consecuencias hasta que no lo sientes. Y cuando hablo de sentirlo no me refiero a verlo, a pegártelo a la piel u olerlo; hablo del día a día. Me refiero a las horas en las que te vas dando cuenta lo que significa y eso no llega en un primer momento de repente.
Tuve a mi bebé por una cesárea programada. La ginecóloga quería controlarlo todo y no asumir ningún tipo de riesgos con todo lo que había pasado. Ella dispuso, yo cedí y se lo agradezco, (gracias Eirini por emocionarte cada vez que nos ves, fuiste las manos de mi ángel de la felicidad). La experiencia fue tan buena que de tener otro hijo me gustaría que fuese en las mismas condiciones. Llegar a las 7 de la mañana a la clínica con el pensamiento de que sabes que vas a conocer el amor más intenso de tu vida. Tuve la suerte de poder saborear ese momento; de poder sonreír y llorar de alegría antes.

En el quirófano todo fue música; caricias de la enfermera más dulce y entregada de la tierra, Verónica ; conversaciones en inglés con la anestesista…Agradezco que los obstetras hablaran en griego y no me enterase de lo que hacían con la piel de mi tripa… Mi experiencia fue perfecta ; de las mejores de mi vida, y eso que hasta entonces me desmayaba cada vez que veía una aguja o un poco de sangre. Fue el masaje más placentero y mágico y lo pasé y me lo hicieron pasar realmente bien.

Cuando pusieron mi bebé llorando encima de mí, estaba feliz, pero no tenía ni idea de lo que sentir. Fue extraño. Quizás muchas compartís conmigo esa sensación de incertidumbre de no saber qué es lo que viene ahora, de no saber quién soy ahora.

Mi marido y yo decidimos vivir ese primer momento solos, disfrutarlo juntos. Luego llamaríamos a la familia para compartir, pero ese momento era nuestro. Cuando me pasaron a la habitación y él esperaba en la puerta nos mirábamos  y nos reíamos preguntándonos ¿lo viste?; parece un sapito!!. Nuestro sapito. La verdad es que era un auténtico sapito que con besos se fue convirtiendo en nuestro príncipe. Todo nuestro cuento de hadas concentrado en un instante; en las miradas dulces de dos enamorados que habían luchado tantos años por conseguir esos minutos tan llenos de amor. Minutos que hoy sé, se alargarán para todo la vida. Minutos que serán eternos en nosotros.

Si hoy me quitasen todos mis recuerdos y me diesen elegir solo uno, sería el momento en el que estuvimos los 3 juntos por primera vez. Podría sobrevivir con esa única sensación. Nunca borraran de mi aquel olor a lluvia que entraba a las nueve y media de la mañana por la ventana semiabierta y la luz blanca que inundaba toda la habitación llena de ellos. LLena de todo su amor del que yo formaba parte. Dos inexpertos llenos de ganas de amar a un diminuto ser que acababan de conocer, eso éramos…

Esa noche no puede dormir. Me habían abierto las entrañas para sacar de mi lo más bonito que tenía que dar y habían remendado mi piel dejando la forma de una sonrisa en mi bajo vientre. Pero tan siquiera el dolor o no poder casi moverme era lo que me quitaba el sueño. Lo que me quitaba el sueño eran las palabras de mi madre explicándome durante años que un hijo es el amor más intenso y más infinito, que es la sensación de amar más potente que sentiría… Y yo, yo me sentía muy mal. ¿Dónde estaba esa sensación tan intensa en mi? . Me sentí la peor madre de la tierra, sentí que no sabía quién era. ¿Cómo era posible que con todo lo que había luchado, con todo lo que había sufrido por llegar a ese momento, no sintiera eso que me describían ?. No encontraba ese amor sobrecogedor que me explicaba mi madre. Lo amaba y lo sentía, pero ¿cómo era posible no sentir todo aquello en su máxima expresión?. Y ahora lo entiendo perfectamente. Hoy sé que se le olvidó explicarme que es un amor mágico porque no deja de crecer, nunca para. Se le olvidó porque sabía que solo yo podía comprender que es como un tren en marcha sin paradas programadas. Es un amor que no puede ser explicado con palabras, que no es impuesto ni forzado, sólo puede nacer del cariño y la dulzura de sus gestos; de las mañanas acumuladas a su lado; de las noches en lo que lo observas cansada dormir. Nace de las primeras lágrimas de verlo al sonreír; de la sensación de vacío de la primera vez que te separas unas horas de él. Es un amor que nace cada día, cuando te vas dando cuenta que tu vida ya no tiene sentido sin el olor de su piel o el brillo de sus ojos. Es un amor puro e infinito, de los de hoy más que ayer y menos que mañana. Pienso en tí bebé y lloro porque no sé cómo es posible merecer tanto amor, tanta felicidad. Contigo bebé, he entendido más que nunca a mi madre, porque no es un amor que nace de llevarlo en el vientre, ni de sufrir el dolor de un parto. No es un amor que nace de ver tus propias facciones reflejadas en él, ni de compartir la misma sangre. Es un amor que simplemente nace del amor, perfectamente.

Lo que sí tuve muy claro cuando te ví es que ahora comprendería muchas cosas, que todas las penas fueron necesarias porque tenías que ser tú. Tres Ángeles se marcharon como tres estrellas para darte tu lugar, quizás alguna estrella más si cuento a mi papá que con su lucha me dio la fuerza para continuar el pedregoso sendero. Todo cobró sentido, tenías que ser tú. El destino había guardado toda su perfección concentrada en tí para yo poder saborearla… Te quiero.

Mil batallas merecen ser lucharas e incluso perdidas por la sola esperanza de la Victoria más eterna… Que todas las lágrimas derramadas , las noches con el alma rota,  solo sirvan para disfrutar del poder que tiene desear algo…

image

Gracias por leerme. Comparte si te ha gustado.                           REAL AND PARADISE

El ahora y el mar

Hola!!

Por aquí estoy otra vez. Primero que nada, gracias a todos aquellos que han mostrado interés en saber para cuando la próxima entrada. Es maravilloso saber que las experiencias propias pueden ayudar a ablandar el camino de otras personas o saber que simplemente se interesan por mi, en serio, GRACIAS.

En estos dos últimos meses he vuelto a Chipre, mi país de acogida y donde nació el sueño más maravilloso de mi vida. He dejado en casa las personas más importantes de mi infancia, las que me han agarrado la mano en los momentos más difíciles y con las que sonreír y reír a carcajadas es lo más cotidiano. He vuelto junto al amor de mi vida para continuar nuestro viaje y nuestra aventura como padres. Nos hemos mudado de casa, a una muy muy cerquita del mar donde incluso se pueden oír las olas para respirar todo su poder ( eso siempre me recuerda a ti mi Dunia porque eres como una ola, tan brava como mansa ) y estoy en un momento que no me podría gustar más.

En estos dos meses se han unido a nuestra vida y a nuestro día a día más personas maravillosas. Hay personas que conoces por casualidad, en un aeropuerto, en el vuelo a su próximo destino y llenan rincones que llevaban vacíos mucho tiempo.

Estoy en un momento en el que todo está en calma, justo en la orilla, donde las olas solo acarician con su espuma. En un momento en el que no necesito adentrarme para descubrir nuevos océanos. Espero en la orilla a acoger todo lo que la marea me traiga sin la necesidad de ir a buscar la bravura de ninguna tormenta. Desde esta orilla puedo ver cómo se reflejan los rayos del sol sobre el manto plata del mar para devolverlos a mi rostro y hacerme sonreír. Puedo contemplar la belleza de la luna arriba en el cielo y abajo reflejándose en el mar en calma. Ahora mismo puedo ver la belleza en cualquier lugar…

En mi presente lo cotidiano es lo maravilloso ; las tardes al sol y las noches cálidas con los rostros sonrientes que me rodean son mi mayor tesoro, son mi paraíso…

Sé que hay sensaciones que son pasajeras, sentimientos que no duran para siempre pero el ahora, el ahora no nos lo quita nadie…

image

                                                                                                                                       REAL AND PARADISE

REAL AND PARADISE

Ángel de probeta. Parte IV ( Mi plan B )

Ángel de probeta. Parte I. Click aquí.

Ángel de probeta. Parte II. Click aquí.

Ángel de probeta. Parte III. Click aquí.

El Plan B, ese al que todos no queremos ni llegar. Ni hablar cabe del C, D, E… ¿Por qué nos equivocamos tanto? ¿ Por qué solo queremos la simpleza inmediata de un Plan A?.

Con el tiempo me he dado cuenta que el plan B puede que sea en cierta medida la versión mejorada del Plan A. Cuando no funciona a la primera, todos los fallos o errores que hemos cometido los intentamos no cometer. Eso es justo lo que mejora el Plan B. Qué decir de el C, D y el E. Con ello no quiero decir que el plan A no sea maravilloso, pero los sucesivos pueden ser igual de fantásticos.

Una vez alguien sabio me dijo, convierte la queja en trabajo y ganarás lo que has perdido más lo que recogerás en el camino. Cuanta razón, que estúpido esfuerzo el de quejarnos y qué maravillosa y poderosa sensación la de empezar la lucha diciendo yo puedo con esto y más…

Y todo esto porque un día de pronto descubrí que mi vida había sido un continuo FORTUNIO de planes B, C, D.

Todo este rollazo, quizás explique un poco mi aptitud a la hora de afrontar el desastre de muchos de mis primeros intentos en la vida…

Desde el principio fui el Plan B de las primeras personas más maravillosas que llegaron a mi vida, mis padres. No llegué a casa de la manera más habitual. No todo el mundo puede decir que su padre lo trajo a su vida.

Un 8 de julio, a las 11 de la noche, un día y medio después de haber nacido, mi madre ignorante de lo que pasaría, esperaba en el balcón a mi padre que llevaba casi un día sin presentarse por casa comportándose de una manera muy extraña. Ella sin saber que le estaba preparando el regalo más deseado de su vida sufría entre los caminos del teléfono al balcón. Y es que yo no crecí en el vientre de mi madre durante nueve meses, crecí catorce años en un lugar muy especial, su corazón. Catorce años de deseo, lleno de dolores físicos por pruebas y tratamientos, y los más duros, los dolores del alma. Mi padre llegaba en silencio a las 11 de la noche. Mi madre esperaba para «cantarle las cuarenta».

No puedo imaginar el desconcierto de mi madre al ver entrar a mi padre con una cestita conmigo dentro; no puedo imaginar un momento más especial. Puso el capazo en el suelo con cuidado y sollozando le dijo – aquí está lo que hemos deseado- . ¡ Un niño Juan, un niño ! – gritaba con desconcierto mi madre. – Shhh es una niña, y no grites que hasta que no esté todo firmado mañana no tenemos que decir nada- dijo mi padre. Y así empezó mi camino, con esa maravillosa conversación de dos locos llenos de ganas de amarme.

No puedo imaginar una noche más especial; más increíble; más afortunada para mí. Y ahí mi primer plan B. Un perfecto plan B. Yo unida a ellos por un hilo invisible, la historia del hilo rojo le suelen llamar. Destinada a tanto amor, a una forma de quererme tan infinita y tan real.

A los 5 años mi madre hizo una versión para mi edad de cómo había llegado a ellos. Desde pequeña supe el gran regalo que me había tocado, supe que estaba allí con ellos por puro amor. Siempre supe lo que es ser querida de una manera tan eterna. No necesitaba, ni necesitaré más de ellos.

Papa, tú hace 8 años que te fuiste para no volver. Allá donde estés, gracias por hacer de tu lucha contra la enfermedad durante tantos años, toda la enseñanza que necesitaba para llegar hasta mi bebé. Gracias por transmitirme tanta fuerza, por hacerme sentir un ser tan poderoso, tan capaz de luchar por el destino que elija. Gracias por ponerme en el camino de mi madre que me sostuvo, enseñó y creó el ambiente tan natural para que aprendiese de todo lo que tenías preparado para enseñarme con todo ese sufrimiento. Gracias a los dos por tanta fuerza, por tanto amor. Gracias por hacer de ese 8 de julio el inicio de tantas caricias. Gracias por hacer del plan B, el mejor plan de mi vida.

 

 

REAL AND PARADISE

90 minutos are a beautiful day…

VIDEO de Karpinha08 . Celta de Vigo

Una moneda lanzada al aire. Un trozo esférico de cuero cae sobre el césped…
Empiezan 90 minutos, 5400 segundos, alguno más…
Atrás una vida de sacrificios.

It’s a beautiful day.

Suena el pitido inicial.
Comienza una hora y media que ha sido preparada durante años.
It’s your beautiful day.

Los tacos se agarran al césped y el sonido de la gente alentando se oye lejos en tu cabeza
visualizando espacios, pases y huecos imposibles de crear.
It’s our beautiful day.

Respiras, orientas la mirada y tus piernas obedecen como soldados.
Golpeas el balón y me dedicas el gol más bonito del mundo.
It’s my beautiful day.

Alma sobre tacos que arrastran más que un juego. Arrastran más que una vida.
A sus espaldas; despedidas, maletas, mudanzas.
Sueños apartados a seres queridos por uno mayor, el que golpea ese balón.
El mismo que golpea la esperanza y bombea los corazones de las que os seguimos:
Las que abandonamos nuestras vidas por vivir las vuestras.
Las que admiramos las largas y dolorosas recuperaciones, los golpes silenciosos en el cuerpo y esos que duelen mucho más adentro.
Las que sabemos lo difícil que es levantarse a veces y abandonar aquello que a la mayoría se les antoja normal.

Momentos especiales robados por ese trozo de cuero que es mucho más que eso.  Es cada uno de nuestros sueños.
Que siga rodando el balón.
Os admiramos.
Te admiro.
Te quiero.
Disfruta de tu BEAUTIFUL DAY.

 

REAL AND PARADISE

Ese extraño país…

 

VideoParadise

El día que llegamos a ese extraño país, el día que conocimos nuestro paraíso. Hace ya 3 años y medio que parecen siglos.

Nuestro hogar no ha terminado siendo un lugar. Nuestro hogar es nuestra familia. Es todos los lugares que recorremos juntos. Nos hemos caído y levantado en todos los rincones que hemos amado.

Dicen que volvemos a los lugares donde amamos la vida. Volveremos siempre a nuestro extraño país.

 

 

El paraíso tiene más de con quién, que de dónde…

REAL AND PARADISE

Ángel de probeta. Parte III «Esa silla en la que nos tocó esperar»

 

Ángel de probeta. Parte I «Origen» click aquí 

Ángel de probeta. Parte II » Las primeras alas» click aquí

 

Hoy sentada en un lugar como este, una vez más, con otros motivos muy diferentes. Hoy, en una silla mucho más cómoda, con unas patas estables y un respaldo confortable me doy cuenta de cuantas veces te he visto por aquí, de cuantas veces hemos coincidido en este mismo lugar, con pensamientos tan iguales en ocasiones y tan diferentes ahora. Hoy me veo desde fuera y soy capaz de oír los latidos desconcertantes de tu corazón; de sentir el sudor de tus manos y saber cómo luchas por mantener a raya la ilusión y que no te coma la desesperanza. Los suspiros que te guardas cada vez que ves entrar una barriguita exhalan por tus ojos. Y te veo luchar entre sentimientos contradictorios; entre la alegría de ver a esas mujeres embarazadas y la tristeza en la que te ha sumido ésta obligada espera. Te veo y me veo, esperando ambas con una carpeta llena de papeles que son el recibo de haberte sentido un puro experimento. Papeles fríos que desnudan y dejan a la interperie tus entrañas con un estudio genético que no dice nada acerca de lo que realmente eres. Análisis de sangre que mandan más que tus propios deseos en todo este asunto que no tiene nada que ver con lo que esperabas. Hojas y hojas que no hablan en absoluto de todo lo que has sentido, en los que no se reconoce lo que eres y el camino que te ha llevado hasta ésta tambaleante silla en ésta sala de espera. Y estas ahí, con tu carpeta llena de frialdad en la mano, esperando a que un doctor te hable, otra vez, de la situación más importante de tu vida como un número más (ojalá termines conociendo un doctor/a que entienda cuánto poder tiene su trabajo como hice yo).

Puede que esperes acompañada, pero el respaldo de tu silla está tan roto que no te apoyas. Su respaldo, el de tu acompañante, es más confortable, se antoja parecer incluso un trono, pero no os podéis intercambiar el lugar. Y te veo esperando, acomodándote cómo puedes, haciendo equilibrio con las patas cojas de desilusión de la silla que te ha tocado. Pero sigues ahí, no te caes, no quieres que te vean caer. Lo sé, todo menos que te vean caer. Tú sabes que te caes mil veces, pero acuérdate de levantarte mil una. Haber superado la última caída es suficiente para aguantar hoy en esa silla. Eres un ser tremendamente poderoso y fuerte por estar justo ahí.

Sé que lo que te ocurre es muy real, y que nadie que no lo haya pasado lo entiende. Sé que posiblemente estés ahí después de una pérdida o un negativo y que has intentado que nadie te vea; que has querido esconderte del mundo. Y es que resulta difícil dar explicaciones de algo sin explicación. Tal y como se va vendrá, gracias a la ciencia, los conocimientos de un médico o el puro azar, créeme. No te encierres, no guardes todo lo que tienes que dar. Aunque estés ahí pasando un mal rato, posiblemente recordando aquella cotorra insensible que te dijo que para cuando El Niño, o aquella a la que tuviste que sonreír forzadamente cuando te intentó animar diciendote que ya será seguro para la próxima, esa misma a la que tuviste ganas de responder que se quede otra con la próxima, que tu querías ésta vez. Aunque todo ese mundo se te pase por la mente, no te dejes quebrar. Has superado mucho más, para que algo así te pueda derrumbar.

Nos prepararon para querer ser madres, no para el camino que ahora se nos presenta. Nos enseñaron la belleza sin las sombras de las luces que la iluminan. El poder de la felicidad, sin sus leyes y castigos. La sociedad nos lo quiso enseñar así. Incluso nos hizo querer serlo, y las que no quieren, tienen que estar dando explicaciones que nadie debería pedir. Nos enseñaron tan mal, que cuando el camino cambia de ruta, nos vemos obligadas a no saber qué hacer, a no reconocer que también se llega por otros senderos. Nos obligaron a vernos sentadas en esa sala de espera de ginecología pérdidas y desconcertadas por lo que nos está ocurriendo. Te miro y me veo, y te veo perdida, en un camino sin sol que te ilumine. Pero mira arriba, aún tienes las estrellas. Míralas por dios, ellas iluminan sin cegar. Míralas, llénate de ilusión y sigue tu camino especial. Y mira esas barriguitas y no pienses » ¿por qué yo no?». Piensa «un día yo…». E ilusiónate cuando veas un bebé. Sé que ahí en tu silla te alegras de la dicha de las demás, aunque tengas que lidiar con la contradicción desconcertante de que te duela. Sé que nadie te consuela, que sientes que no saben lo que sientes. Sé que has llorado a ratos y que has sonreído forzadamente. Si supiera como hablarte, (incluso yo que he estado ahí no sé) pero si supiera, te diría que te sientas mal cuando lo necesites, porque lo necesitarás, pero que tengas muy claro que cuanto más altos sean los escalones que tengas que subir, más arriba estarás, y desde ahí, desde lo más alto, las vistas son más increíbles si cabe. Posiblemente te quedan mil cosas que pasar, pero también sé que entre esas cosas está la mejor. Acuérdate que la noche no es oscura cuando miras hacia arriba, cuando miras las estrellas. Recuerda conservar la ilusión de un sueño que se cumplirá, solo, si no dejas de soñar. Y lo más importante, manda esa destartalada silla a la mierda, eres tan fuerte que puedes esperar de pie.

 

image

Mil caídas en esa silla, merecen la pena por éste momento

 

No se me ocurre una canción mejor para reconocer el apoyo de mi marido y mi madre en el camino. Gracias por darme cuerda cuando sentíais que me costaba remar.

Thanks for try to fix all my pain…

Fix you, Coldplay.

REAL AND PARADISE

Marta, Marta, Marta…

 

 

Marta, Marta, Marta…Ojos avellana que se esconden cuando ríe. Piel caramelo y melena eterna. Sonrisa perfecta que le completa la dulzura de su rostro. Gestos que muestran toda su esencia. Marta te llega con su dulzura y el carácter que deja ver cuando algo le mueve el alma. Ella puede ser tan sensual como comedida, tan gatita como leona, tan negativa como positiva y seguir pareciendo perfecta. Es la chica que cuando conoces dices, qué guapa, que simpática, que todo… Y es que lo es. Perfeccionismo, pasión, humor, actitud y aptitud…son adjetivos que la definen. Y sí, un poco «catástrofes» es, ella lo ve todo venir jajaja. Ella es genial. Esas personas que se cruzan en tu vida para hacerte pasar ratos buenos, nunca malos. Esas personas que recuerdas y sonríes. Esas personas que te gusta tener en tu vida.

Yo la conocí cuando estaba embarazada de unos seis meses. Y como no podía ser de otra manera, la conocí sonriendo con su barriguita. Su pequeña, su tesoro, es la ratoncita más dulce y con más carácter a la vez, que seguramente conoceré. Es su copia perfecta. Seguramente su mejor autoretrato. Y es que Marta sabe mucho de retratar. Marta no sólo hace fotos. Ella tiene un rinconcito dentro de su esencia para sacar la luz más bohemia y blanca que tenemos. Otro rinconcito para hacer que el paisaje sea como en el que soñamos ser felices y mil rinconcitos más para sacar colores de paisajes grises, rubores de sonrisas y luz de las miradas.

Tiene esa sensibilidad de la dulzura y la pasión para crear imágenes que cuentan historias con solo una ojeada. Tiene la paciencia de 100 vidas para captar el momento perfecto con el halo más luminoso. Marta, Marta , Marta… Es arte lo que haces con tu cámara.

Nadie mejor que ella había podido captar toda la belleza que veía yo en mi bebé al poco de nacer. La luz no era perfecta, el decorado que le podía ofrecer no era el mejor, y mi bebé…mi bebé no paró eructar, de hacer caca, pis y llorar durante toda la sesión jajaja. Pero hubo un minuto, no creo que más, que a ella le bastó para reflejar todo el amor que veíamos en él. No puedo imaginar unas fotos mejores. No podéis perderos una foto de ella…

Gracias por la belleza que le pones a todo y por tan bonito recuerdo…

No os podeís perder su Web y Blog    Www.martafandres.com

 

image

 

image

Click aquí para ver la siguiente entrada :   Ángel de probeta . Parte III  » Esa silla en la que nos tocó esperar» 

REAL AND PARADISE

Ángel de probeta. Parte II ( Las primeras alas )

Hace unos días escribí mi primera entrada de ÁNGEL DE PROBETA , el origen del camino hacia mi bebé. Aquí os dejo el enlace:

Ángel del probeta ( Origen )

Parte II LAS PRIMERAS ALAS

Decidí que quería ser mamá, como ya dije en la otra entrada, un mes de octubre, y ahí empezó el llamado «lo miro todo en internet». Con mi edad, hace 5 años, no había tenido la oportunidad de vivir muchas conversaciones de intentos de embarazo, ni mucho menos conversaciones de problemas en los intentos o durante. No es un tema muy habitual hoy en día en chicas con mi edad de entonces. Tenía esa idea que te meten en la cabeza de lo intentas y te quedas; luego a los 9 meses tienes un bebé maravilloso y eres feliz para siempre. Y eso que el mayor ejemplo de todo lo contrario lo tenía en mi propia madre. Pero hasta que no te ocurre a ti no te pasa ni remotamente por la cabeza.
No tenía muchas amigas con hijos o con las que pudiese hablar del tema, así que fue todo un poco de «conocimientos generales». Me puse a buscar en internet lo de la ovulación y poco más. Es lo que se podría llamar «primeros auxilios para las «quiero ser mamá»». Así que en noviembre fui a ello y en enero tuvimos el primer positivo. Fue al segundo mes. Hoy sé que fue muy rápido, pero el primer mes fallido lo hubiese escondido en el agujero más profundo de la tierra. Ahora digo, que absurdo, que tonta, que estúpida e ignorante. Me había dejado embriagar tanto por esa perfección que te mete a fuego la sociedad con el tema de la fertilidad perfecta, que fue un verdadero chasco.

Recuerdo un dolor en la espalda. En lo sucesivo, supe que estaba embarazada por ese dolor en el bajo lumbar. Pero en ese momento era una novedad. Todo era nuevo. Esa noche cuando llegó mi marido le dije de ir a la farmacia de guardia porque, aunque era pronto para hacerme el test ( apenas 2 días de retraso, creo recordar ) algo me «latía». Luego te das cuenta que ese «algo me latía» es solo una excusa llamada ilusión. Y efectivamente, embarazada 1-2 semanas me decía el amigo ClearBlue. Los siguientes minutos fueron todo fotos del test y llamadas de teléfono. Era tarde y mi madre no sé a cuánta gente llamó. Con el paso del tiempo me doy cuenta de la dulzura de la ignorancia y la ilusión. Es triste cuando te das cuenta de cuanta gente desprecia ese momento porque no le da importancia. Piensan que es «demasiado pronto» para tu ilusión.

Parece que, hoy en día , hay que estar de 20 semanas para alegrarse e ilusionarse, para que te tomen como embarazada. Algo que choca con esa gran mentira de lo fácil y sencillo que es. Esos pensamientos contradictorios con los que te acribilla la sociedad son los que te sumen en el estrés que supone la lucha entre estar ilusionada y no creértelo demasiado por lo que pueda pasar. Pediría al mundo un poco de naturalidad, un poco de comprensión. Cuando una mujer desea ser madre y se acaba de enterar que está embarazada, dan igual las semanas. Cuando es la primera vez, no obtiene un positivo, obtiene alas, unas enormes alas para flotar. Alas que se vuelven quebradas en los sucesivos positivos después de intentos frustrados. Pero la primera vez te sientes el ser más poderoso del planeta. Sentimos que no hay nada mejor en el mundo que esa sensación. Que no hay espera más valiosa que la que estamos a punto de emprender. Respetad ese sentimiento, respetad ese momento. Participad de esa alegría si realmente queréis a esa persona. Si no, no merece la pena que digáis absolutamente nada, no tenéis ningún derecho a a hacer tambalear la ilusión de esa persona. Pueden pasar cosas sí, pero también pueden no pasar. El comentario que no sea para participar de esa alegría es siempre dañino, es hiriente, no hace ningún bien, se mire por donde se mire. Si le decís a una mujer que acaba de tener un positivo que puede perderlo, lo único que vais a conseguir es que no disfrute de esa ilusión, que el miedo le amargue la existencia, pues posiblemente es lo que más desea en el mundo. Así que, si ha tenido a bien compartir esa ilusión, respetad esa burbuja.

Mi burbuja se fue llenando de planes, de nombres e ideas precipitadas . Y no me arrepiento, porque pude tener mi primera gran ilusión a lo grande, porque no me dejé tocar por ningún gesto hiriente o por quién no le dio importancia por lo pronto que era. Fue corto, pues solo duró 3 semanas más, pero lo disfruté como se merecía.

Una mañana me desperté con un dolor de barriga. Recuerdo esa sensación de saberlo y no querer admitirlo recostada de lado en la cama hecha un ovillo. Era muy temprano y mi marido aún seguía dormido. Permanecí más de una hora en aquella postura, quieta y pensante. Parecía que el hecho de no levantarme a comprobar si sangraba iba a hacer que no ocurriese. Pero lo asumí, y efectivamente, cuando me levanté la sangre había calado más que el pijama, había calado toda mi esperanza. Sabía perfectamente lo que ocurría, pero me hice la ingenua. Me llegué a convencer de que podría ser normal y lo necesitaba para tranquilizar la cara de asombro de mi marido. Él se tuvo que ir a trabajar, y tuve que afrontar la llamada al ginecólogo sola. Recuerdo pensar entonces, que aquel hombre era el ser más insensible del planeta. Sus palabras de esta claro que es un aborto, te doy cita para dentro de unos días y mandarte unas gotas para que limpies todo, abofetearon toda mi existencia en ese momento.

Pasé toda la mañana sola, sin poder ponerme en contacto con mi marido hasta que terminase el entrenamiento y contarle las «malas nuevas» . Allí estaba recostada de lado en el sofá acariciando a mi perrito y pensando en el gran esfuerzo que había hecho mi madre por inventar un mundo mejor en mi cabeza y animarme durante la conversación telefónica en la cual le conté todo como si nada me afectase.
Y durante la mañana estar sola conmigo misma y con el calor de Sucre que parecía que sabía de todo mi dolor, me ayudó. Me fui haciendo a la idea y conseguí ser positiva. Llegué a sentirme fuerte, a mirar hacia delante y llenarme de ilusión por lo que podría volver a pasar. Y llegó mi marido hundido en dolor tras poder contárselo por teléfono y me tuve que hacer más fuerte. Tuve que convencerme del todo de que nada pasaba para hacérselo entender a él. Y en ese difícil momento, en el que yo le intentaba contagiar toda mi positividad, él, con todo su dolor, hizo la predicción de lo que serían nuestros siguientes años. Entre suspiros de tristeza me preguntó ¿y si esto nos ocurre siempre?. Se puede pensar que, en ese momento ,esa pregunta era como clavar un puñal en mi corazón, pero increíblemente resultó ser todo lo contrario. Fue como si me clavase una de esas rueditas para dar cuerda, pues en ese momento supe que yo tendría que coger los remos para llegar a la orilla, y el esfuerzo me mantuvo fuerte. Eso sí, él nunca dejó de darme cuerda…

 

image

 

Y él es Sucre, nuestro pequeño peludo. Cuántas lágrimas habrán secado tus pelajes. Cuántos momentos de dolor has calmado. Te queremos y nos alegra tu compañía. Hay seres que simplemente te dan, justo lo que necesitas.

continuará…

REAL AND PARADISE