Arriba, abajo y caes de bruces. Te levantas y tropiezas. Vuelves a levantar. Sientes q asciendes, sientes que vuelas. Que la brisa acaricia y vuelve a golpear.
Se oyen palabras de caramelo en diabéticas realidades; pensamientos alargadores en falsos labios.
Y la vida sigue mientras comprendes ensimismada que tú y solo tú eres dueña de crear todo lo que tienes alrededor. Que es mentira eso de que todo es pasajero; pues siempre se hace hueco en algún recóndito rincón de nuestra alma para quedarse ahí ; latente, hiriente ,quebrante y casi inerte pero bombeante en nuestros deseos, en nuestras acciones , en nuestros anhelos y agarrado con fuerza en nuestros pensamientos .
Y hay días que te sorprenden mirando al infinito, y tú infinito es una pared en blanco con algún que otro golpe y rasguño como la mezcla de los enredos que entiendes y los que no.
Y a lo lejos oyes el mar y huyes a él. Lo observas de frente, lo encaras, lo insultas , lo sientes, lo entiendes , lo hueles…y mientras tanto te das cuenta y te preguntas en qué momento olvidaste lo mucho que te aliviaba bogar con tus ojos sobre él, a veces enferma de misantropía y desilusión ; con las alas rotas y la esperanza pendiente pero con la apariencia de tu sonrisa intacta.
La contradicción de que te cure la tristeza, de que te levante la derrota… porque eres así, así y así , aunque te olvides de que ayer quizás no eras otra, sino que te escondías de ti misma o de lo que creías que eras.
Y te das cuenta que la vida es eso, levantar del suelo, alzar tú vuelo. Confiar en tus alas y no en la rama.
Y escribes de noche y sueñas de día, con la brisa sobre el rostro y el sol a la espalda. Con los pies descalzos sobre la hierba mojada, verde o amarilla del paraíso de tu imaginación donde siempre buscaste el cielo desde el sótano de la melancolía y la luz con los ojos cerrados. Porque el río de mis lágrimas lo nadé yo; aunque busqué el bote salvavidas, lo nadé yo.
Y es que nada para el viento , él solo toma otra direcciónal igual que los rayos del sol. Porque nada te atormenta mientras seas la tormenta , es la calma la que inquieta…