Un solo segundo basta para cambiar planes cercanos o lejanos. Un solo segundo para cambiar la forma de ver el futuro; el mundo; como te planteas las cosas o para averiguar de lo que eres capaz, íncluso para que cambie la persona que te toca ser ahora.
Muchos hablan del fútbol como la gallina de los huevos de oro, como una vida llena de facilidades para los futbolistas y los que los rodean. Nadie ve que normalmente se separan de sus familias, sus amigos, su mundo, a muy temprana edad, detrás de un sueño dulce pero difícil, sin la mínima esperanza de saber si va a llegar. Les toca apostar todo con los ojos cerrados porque es el único camino que existe.
Por el camino tienen muchos acompañantes; la soledad; las situaciones de presión que otras personas pueden aliviar con sus familias y ellos no. Están las críticas nunca constructivas, cada día, o el control por parte de personas que nunca han hecho ni harán nada por ti. Toca rendir cuentas por movimientos que para una persona normal son comunes. Toca no disfrutar de vacaciones por las que cualquiera se quejaría, porque igual hay dinero o no, pero disponibilidad para disfrutarlo poca. También está el dolor físico, ese siempre está. Además, para recuperarse de las lesiones que están a la orden del día, que a otras personas dejarían cojos de por vida, tienen que hacer trabajos de prevención, recuperaciones, etc.
A los que hablan de darle patadas a un balón, que no se cojan una baja por lesionarse un dedo. Esos a los que critican no pueden, tampoco pedir días libres , ni estar en casa por Navidad o en Reyes con sus hijos muchas veces. No pueden planear donde estarán cada 6 meses, incluso no pueden saber si tendrán trabajo después de una lesión. Si no es angustioso llevar el peso de no saber qué pasará con tu vida y la de los tuyos, que han renunciado a todos sus sueños por acompañarte en el tuyo…
Hoy te están operando cariño, y todo irá bien. La recuperación será dura y el recuerdo de verte tirado de dolor sobre el césped con el pie colgando será lejano en mi cabeza. Os admiro, porque estáis hechos de un material especial muy poco valorado. Caéis y os levantáis. Chocáis y os sacudís… siempre adelante como siempre hacéis, hacia la meta…